El puente vertical

CHARLES BAUDELAIRE
Correspondencias

La natura es un templo donde vivos pilares
dejan salir a veces sus confusas palabras;
por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que lo observan atentos con familiar mirada.
Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
perfumes y colores y sones se responden.

Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas,
y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,
que la expansión poseen de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.

De Las flores del mal (1857)

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Soy animal de fondo

“En el fondo de aire” (dije) “estoy”,(dije) “
soy animal de fondo de aire” (sobre tierra),
ahora sobre mar; pasado, como el aire, por un sol
que es carbón allá arriba, mi fuera, y me ilumina
con su carbón el ámbito segundo destinado.

Pero tú, dios, también estás en este fondo
y a esta luz ves, venida de otro astro;
tú estás y eres
lo grande y lo pequeño que yo soy,
en una proporción que es ésta mía,
infinita hacia un fondo que es el pozo sagrado de mí mismo.

Y en este pozo estabas antes tú
con la flor, con la golondrina, el toro
y el agua; con la aurora
en un llegar carmín de vida renovada;
con el poniente, en un huir de oro de gloria.
En este pozo diario estabas tú conmigo,
conmigo niño, jóven, mayor, y yo me ahogaba
sin saberte, me ahogaba sin pensar en ti.
Este pozo que era, sólo y nada más ni menos,
que el centro de la tierra y de su vida.

Y tú eras en el pozo májico el destino
de todos los destinos de la sensualidad hermosa
que sabe que el gozar en plenitud
de conciencia amadora,
es la virtud mayor que nos trasciende.

Lo eras para hacerme pensar que tú eras tú,
para hacerme sentir que yo era tú,
para hacerme gozar que tú eras yo,
para hacerme gritar que yo era yo
en el fondo de aire en donde estoy,
donde soy animal de fondo de aire
con alas que no vuelan en el aire,
que vuelan en la luz de la conciencia
mayor que todo el sueño
de eternidades e infinitos

que están después, sin más que ahora yo, del aire.

De Animal de fondo (1949)

OCTAVIO PAZ
Árbol adentro

Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia dentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos de sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de lumbre.
Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
Acércate, ¿lo oyes?

De Árbol adentro (1987)


Notas:
1“[…] Un árbol se convierte en sagrado, sin dejar de ser árbol, en virtud del poder que manifiesta; […]”. Eliade, M. (1954): Tratado de historia de las religiones. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, en Cirlot, J. E. (1992): Diccionario de símbolos. Barcelona: Editorial Siruela (p. 29).
2Corominas, J. (1967). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Editorial Gredos.
3“[…] Así, el disco es, en sí, un símbolo dado, que podrá admitir significaciones secundarias, o “concomitantes”, según corresponda a un rosetón de una catedral gótica, a un clípeo antiguo, a un centro de mandala o a la planta de un edificio […]”. Cirlot, J. E. (1992): Diccionario de símbolos. Barcelona: Editorial Siruela (p. 10).
4 Durand, G. (1968). La imaginación simbólica. Buenos Aires: Amorrortu editores.
5 Estévanez Calderón, D. (1996). Diccionario de términos literarios. Madrid: Alianza editorial.
6 “[…] pues, para nosotros, lo esencial es la capta-don, la identificación cultural del símbolo, su intelección en sí mismo, no su “interpretación” a la luz de una situación dada. […]”. Cirlot, J. E. (1992): Diccionario de símbolos. Barcelona: Editorial Siruela (Prólogo a la segunda edición).
7 “[…] Son los románticos, en definitiva, quienes hacen virtualmente estallar la hasta entonces más reducida circunscripción del concepto, abriéndolo hacia una perspectiva de resonancias prodigiosas y privilegiándolo como supremo medio estético. Esto sin ignorar aquellos antecedentes (los de la especulación mística y el neoplatonismo medieval, en particular) que el Romanticismo tuvo también en cuenta al elaborar su concepción de símbolo. […]”. Lojo, M. R. (1997). El símbolo: poéticas, teorías, metatextos. Universidad Nacional Autónoma de México (p. 4).

Bibliografía
Cirlot, J. E. (2018). Diccionario de símbolos. Barcelona: Editorial Siruela.
Corominas, J. (1967). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Editorial Gredos.
Chevalier, J. (1968). Diccionario de los símbolos. Barcelona: Editorial Herder.
García Peña, L. L. (2012). Nociones esenciales para el análisis de símbolos en los textos literarios. 452ºF. Revista electrónica de teoría de la literatura y literatura comparada, 6, 124-138.
Durand, G. (1968). La imaginación simbólica. Buenos Aires: Amorrortu editores.
Lojo, M. R. (1997). El símbolo: poéticas, teorías, metatextos. Universidad Nacional Autónoma de México.

Marisa Bello
Consejo editorial Anfibia

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