Nadie cronometrará su muerte. Pero blandiremos la poesía.
En un coso para humanos, los organizadores de la fiesta de la matanza no miden la muerte.
Los poetas blandirán la palabra resistencia, la denuncia, clamarán.
Colosal: esta es la matanza, la magnitud de su olor, ese que no llega a traspasar el mar fronterizo, ese que está atrapado por la tardanza, la inacción.
La descomposición de un pueblo, su lividez, la fragmentación y un único latido detonando.
El verso es otra arma, no solo para la memoria. Blandiremos el verso, la oralidad, el grito.
Aunque hoy nos cueste la poesía, aunque hoy nos podría la narrativa, es colosal su microbiota y con ella convive la acción poderosa de su letra.
Anfibia revista de poesía sigue en pie contra versiones mortecinas, livideces impuestas y verdugos.
En este #6, que nos separa del nacimiento, que ha sobrevivido a su primera infancia, seguimos en pie y, con nosotras, en cada nuevo número, la generosidad de los poetas que nos acompañan.
En #LasRazonesdelaOrquídea, Mario Obrero nos ofrece ramilletes de fuerza centrífuga. Pétalos que emanan aromas sorprendentes cuyo roce se refugia en la retina.
Diana G. Bujarrabal alza las preguntas que, en ida y vuelta, como un baile, circundan la realidad buscando explicación. Y ellas, aun perplejas, no se esconden del abismo y saben bien de la belleza. Allí en #Micelia.
Edurne Batanero y Pilar Trol acuden #EnCompañíadeMarimos sumando sus fuerzas poéticas, universos que permiten que la extraordinaria potencia de lo humano nos haga amarlo en cada línea.
En #PantalonesdeQuimeras” la poesía, visual y discursiva, de Julia Otxoa evidencia la paradoja, lo indecible, el instante de descontextualización del objeto para confrontarnos con la inquietud y la incerteza de la materia expulsada de su sentido primigenio.
Desde #ElIngeniodelEscarabajo “Sobre poesía crítica”, artículo de Alberto García-Teresa que nos nutre de saber para la acción. De las armas que son siempre las palabras, de lo bélico-no bélico, del guerrero en pie de la palabra.
Y, finalmente, Salomé Ballestero nos propone «Porque los muertos te visitan, Angélica». Emerge de la bañera radical de Angélica Liddell y descorre la cortina de #MirtoHermértico Nos muestra las propuestas extremas de esta creadora ante las que nadie permanece inerte pues como una cuchara remueven el recorrido íntegro del cuerpo que respira bajo sus líquidos.
Colosal es también la resistencia, magnífica es la acción.
Así las poetas, los poetas, seguimos blandiendo las armas del sinsentido al servicio de la vida.
Con brazos trémulos, vibrantes, titilando la verdad, tintineando la luz.
Marisa Bello
Consejo editorial Anfibia