En el origen fue el cataclismo:
ningún cataclismo ocurre sin palabra.
Luego elementos, nebulosas algunas que engendran, cataclismos pequeñitos y células, seres: nada hasta la metáfora.
Así, si poesía es la palabra metafórica, también es el cataclismo: el nacer hacia atrás de todo haber, ser; entero origen.
Hoy nace anfibia hacia atrás en el tiempo: hoy es el más largo ayer y todo parto contiene la belleza. Hoy es el más largo tiempo hacia atrás: también es el más bello. Así, poesía: la que crea este pasado y nos empuja, sublime, al horizonte.
Cataclismo es debajo del agua; sin embargo, empuja al aire y lo conquista. Anfibia es cataclismo. Fue, será.
En este primer número siembra su versos de cotidianeidad fosforescente y mística en nuestra tierra nueva Maurizio Medo: las razones de la orquídea suyas son las nuestras.
También las micorrizas, tentáculos terrestres, comienzan su andadura de la mano de Laura G. de Lucas: ella estrena con su voz sonora y plástica, hendida en magma y limo, nuestra micelia.
En compañía de marimos siempre surgen, surgirán los versos nuevos de poetas emergentes; hoy nos surgen versos de Valeria Reyes y María Alcaraz Mayor.
Y si emerge la palabra va la vida y sube al cielo: como un mirto de teoría que abre paso: Mirto hermético en la semilla, viva la palabra al compartirse. Eros, poema cósmico o universo que no llega: el primero de esos mirtos, cultivado por Pilar Trol.
Se llega así a la arena y en la playa ríen los insectos. El ingenio del escarabajo se abre paso porque es iridiscente y tan oscuro: así lo muestra Marisa Bello en esta playa primigenia con su artículo «En la cresta de lo grotesco».
La vida: no siempre simétrica: por eso, ningunos pantalones de quimeras son nunca tan exactos. La sección de los lenguajes diferentes echa a andar con Manuel Rufo y su mirada yuxtapuesta-fantasía a lo que otros llaman realidad.
Lenguaje, cataclismo; la poesía siempre como un parto de universos.
Nació anfibia, está naciendo, nacerá.
Pilar Trol
Consejo editorial Anfibia