Un nudo de un rizoma radical
es el inicio
Hoy Anfibia añade un nudo a su raíz, así pues: nace. O micronace en un nacer más cósmico: el transnacer de la poesía que se anuda a todos los principios. El nuevo número de Anfibia llega, así, como un trocito de omnigénesis. Micronacer se ramifica en muchos partos diferentes. Todos ellos anudados al rizoma radical de ser inicio.
Primer acto del inicio: dilatación de Las Razones de la Orquídea: nuestros límites se ensanchan con otoños que se pluriarriman a otras cosas, por ejemplo la nostalgia. Se ensanchan con los versos de José María Parreño.
Del inicio, acto segundo: despliegue de las redes nutritivas: ejercicios arqueológicos descubren conexiones postverbales que son bálsamo y, quizá, también herida. Pero bálsamo. Se despliegan, en Micelia, con la voz de Raquel Vázquez.
Inicial, tercer acto: emanación de luces frescas: las luces, bajo el agua, no envejeces porque
viven cerca de, en Compañía de Marimos. Hidrolumínicas nos acompañan las líricas de Cayre Alfaro y Aníbal Malaparte.
Acto cuarto del inicio: ultrafulgor que se contagia. No es collage, ni es performance, ni
tampoco animación, ni dibujar; todo eso amarrado, gestado y dado a luz: es el arte que se pone Pantalones de Quimeras y que tiene a Alba Soto como madre.
Quinto del incio, el acto: inicia el caminar de la luz en uno, dos y tres ecosistemas. Esos tres
ecosistemas se ubican, pantrabados, en Mirto Hermético. De la mano de Salomé Ballestero, encontramos: Poesía en el espacio-poesía en el cuerpo-poesía en acción.
Inicio sexto, acto final: no hay vida que oscurezca, intromisión necrointrusiva en los luceros. La oscuridad que nunca gana, aunque lo intente, porque “luz” es femenino y un poder tentacular. Del ardid de quien intenta el apagarnos, femeninas, nos habla Marisa Bello en El Ingenio del Escarabajo.
Rizoma-inicio
en las raíces nos vamos descubriendo y si el árbol es lenguaje
la poesía es radical
Pilar Trol
Consejo editorial Anfibia